Dos mitades no hacen uno

Te Libro de Todo Mal


Siempre a medias.
¿Por qué no puedo descubrirte del todo, olvidarte del todo?
¿Por qué no puedo terminar de irme y llegar finalmente?

¿Por qué no puedo por fin creerme tus verdades
para empezar a creer en las nuevas mentiras de alguien?

¿Por qué no puedo encontrar una salida en ese limbo de incertidumbres, y esperas, y esperanzas, y esta estúpida creencia de que quizás algún día resultaré ser algo?

Dos mitades no hacen uno.

En el mundo lógico

—mundo de paper a doble columna, mundo que entienden las que sólo somos poetas de palabras reservadas, if, switch, break, repleto de colocados que se reían de los falsos adalides que reinventan diccionarios, mundo que ha vuelto a ser plano, mundo de mapas invertidos, proyecciones en cilindros, mundo threshold

En el que las palabras son tan sencillas como números
Los reales: las ideas, incontables—no se cuentan ni se cuentan—Los discretos.

Las personas como yo, al igual que las palabras, nos redondeamos hacia abajo.

No, dos mitades no hacen uno.

Pues yo, aquí en este cruce por el que paso un poco tarde—this crossroad without its devil—no me conformo con ser cero.

Gen.