El bicho de la Oportunidad

Te Libro de Todo Mal


La Oportunidad es un insecto del mundo moderno. No se come los geranios, se reproduce con dificultad, y cuando aparece suele ser infalible. Es un insecto grandote, torpón, verde, a topos y con patas largas. Y en Asia meridional se los comen los osos panda. La Oportunidad es un insecto importante.

Pero además, la Oportunidad no aparece así como así, siempre que uno quiere. No. Existen pocas Oportunidades en el mundo. A veces aparece, como quien no quiere la cosa. De repente se oyen sus patitas, verdes a topos, tamborileando contra el cristal doble de un octavo piso. A veces pasan meses sin que aparezca, a veces años, cinco, o más. Pero cuando aparece la Oportunidad, lo difícil es que no se escape.

Ejemplo práctico:

Hace dos años salí de un autobús con una frase escrita en una servilleta. Esa frase apareció mágica en mi frente mientras dibujaba de memoria el perfil de aquel que se sentaba a mi lado. Era un completo desconocido, aunque yo deseaba que dejara de serlo mientras masticaba aquello que quería decirle:

"Préstame esta noche tu gesto de estatua griega"

Esas palabras que eran para él, se quedaron en mi mano cuando llegó mi parada y salí de allí. A cambio, su particular perfil, nariz recta y egregia, labios finos como dibujados sobre cuadrícula, sus rizos negros, se grabaron en mi mente. Mientras se alejaba, por el cristal del autobús correteaba un insecto.

Hace tres días reconocí la Oportunidad en el Metro, en uno de los asientos de enfrente. Era verde, a topos, con patas largas, y me miraba con sorna. Primero reconocí al insecto, luego reconocí el ángulo de la nariz por la que trepaba, luego los rizos negros, los labios finos. Desde allí arriba me miraba la Oportunidad, mientras aquellos rasgos griegos encajaban con aquel patrón que se me había quedado grabado a fuego. Cuando vi el perfil, supe que era él, dos años después.

En un trozo de papel que encontré en mi bolsillo volví a escribir la misma frase. Mi cerebro ordenó a mi cuerpo que se moviera para agarrar aquel insecto, pero no lo hizo, y mientras él se alejaba, la Oportunidad se reía de mí, y la frase seguía en mi mano.

En otras ocasiones el insecto es más grande de lo normal, más importante, y esas veces sólo se puede atrapar entre dos.

Ejemplo práctico:

La tipa y el tipo se lanzan a por el insecto, lo atrapan. Con cuidado se alzan del suelo, él con un puño cerrado. "Está aquí dentro, lo tengo". La tipa sonríe, cierra los ojos en señal de alivio. Cuando los abre, el tipo tiene la mano abierta, vacía. La tipa llora, y él se disculpa:

"La abrí para ver si la Oportunidad se quedaba ahí, esperando"

Pero el bicho corrió, se acabó, a joderse.

Gen.