Un homenaje sin querer

Te Libro de Todo Mal


Primero disculpas, cosas de la tecnología lo de no poder contar todo esto hace una semana, cuando lo tuve que contar.

Hoy la cosa va de ciudades. Otra vez, de una en concreto. Parece que llevo un tiempo con un súbito ataque de nostalgia anticipada. Quizás sean las ganas de largarme de aquí, quizás las ganas de volver. O quizás las ganas de irme para sentir por primera vez en mi vida que pertenezco mínimamente a algún lugar. La cuestión es que esta ciudad me ha dado la vida, me ha dado a mí misma, y ahora que veo la opción de girar la esquina y tirar por otro lado, de hacer de traidora y simularme porteña, o carioca, la siento con más ternura que nunca.

Hace ya cosa de mes y medio escribí en un papelito lo que quería en mi despedida. Una tarde en el Retiro, un café en la Filmoteca, una noche en la Coquette, una comida en el chino de Plaza de España, un atardecer en el Templo de Debod, un paseo por la Gran vía, un rato sentada en Atocha, y unos cuantos rituales más. Sucedió que sin darme cuenta, la despedida perfecta vino sola. El día 28 de octubre conseguí que nos juntáramos catorce nosotros, cada uno con sus cosas, con catorce cámaras, para hacer tremendo recorrido fotográfico por el centro de la ciudad. Desde las once de la mañana hasta una última caña a las ocho de la tarde duró la salida. Acabamos destrozados y satisfechos, ninguno de nosotros marchó sin preguntar en alto un "¿cuándo repetimos?".

Desde Opera hasta Retiro hasta Plaza de España pasando por nuevemil rincones, con un mago, una cámara que disparaba de cuatro en cuatro, muchas nacionalidades, provincias también, un estupendo anecdotario, la letra de una canción de Sabina en el bolsillo y un número par de ojos ilusionados. Al menos dos, los míos.

Me di cuenta yo sola, aquello se había convertido en un homenaje particular, en una promesa a Mi Madrid, en un deseo personal de compartir algo importante. Me di cuenta yo sola, sin siquiera pensarlo, hice la mejor despedida que podía haber hecho. Regalar mi ciudad.

Desde aquí gracias a los que os dejasteis, os espero en la segunda parte.

Gen.